¿Debo rescatar a mi hijo?

Es natural querer rescatar a tu hijo cuando enfrenta problemas: olvida su lunch, un niño de la escuela los molesta, se le olvido hacer la tarea o robó un juguete de la casa del vecino. Queremos evitar que nuestro hijo sienta dolor, que se frustre o que enfrente las consecuencias de sus actos. Queremos ser padres amorosos y protectores. Es nuestra función, ¿no es así?

Sin embargo, antes de rescatar a tu hijo, te puedes hacer 5 preguntas para tomar la decisión.

1.       ¿Tu hijo corre peligro?
Definitivamente debes de intervenir inmediatamente si tu hijo corre peligro: impedir que cruce una calle peligrosa, protegerlo de un bully de mayor edad o evitar que tu adolescente maneje un carro borracho.

2.       ¿De quien es el problema?
El problema puede ser tuyo o puede ser de tu hijo. Obviamente debes de resolver los problemas que son tuyos. Si el problema es de tu hijo y lo rescatas, tu hijo puede acostumbrase a que tú resuelvas sus problemas.

Cuidado con la manera en la que te expresas acerca de las tareas de tu hijo. Una madre de familia me decía: "debemos de llegar temprano a casa pues tenemos examen de español".

3.       ¿Qué le estas enseñando si lo rescatas?
Cuando intervienes resolviendo problemas de tu hijo, mandas el mensaje de que no crees que tu hijo sea capaz de resolver sus propios problemas. Además impides que tu hijo fortalezca el "músculo" de la resolución de problemas, de la responsabilidad y de la autoconfianza.

4.       ¿Se trata de una acción amorosa?
Evidentemente es muy importante ser amorosos con nuestros hijos, eso no se pone en duda. Proteger a tu hijo desvalido es amoroso. Pero transformar a tu hijo en un desvalido, haciendo tuyos sus problemas, más bien es una acción de sobreprotección  e  irresponsabilidad.

5.       ¿Qué futuro quieres para tu hijo?
¿Te has puesto a pensar en que tipo de persona, que deseas que se transforme tu hijo? Si quieres que en el futuro tu hijo crezca para ser un adulto, capaz, responsable, con autoestima, con autoconfianza y que asume sus compromisos, entonces debes de permitir que se ejercite con los pequeños problemas que se enfrenta en su vida cotidiana.

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