Ten cuidado con tus pensamientos, pues tus pensamientos se pueden convertir en palabras,
Ten cuidado con tus palabras, pues tus palabras se pueden convertir en acciones.
Ten cuidado con tus acciones, pues tus acciones se pueden convertir en hábitos.
Ten cuidado con tus hábitos, pues tus hábitos se pueden convertir en tu carácter.
Ten cuidado con tu carácter, pues tu carácter se puede convertir en tu destino.
¡Los hijos nos ven y nos imitan!
Qué reveladora reflexión, irá directamente a mi wall de face jejeje.
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